lunes, 6 de julio de 2009

¿Votaría usted a un hombre que vendería a su madre por un smoking?

El axioma desinculpatorio empleado por Mariano Rajoy para defender la inocencia de Francisco Camps: “Nadie se vende por tres trajes”, revela, como es obvio, la estructura de valores de los votantes y los líderes del PP.
Primero: Todo el mundo tiene un precio, lo importante es la cantidad de billetes.
Segundo: Venderse por poco es de tontos.
Tercero: Nosotros no somos tontos, no nos vendemos por poco.
Sin embargo, a pesar de que todo el mundo tiene un precio y la pregunta reside en saber cuál, esto no significa necesariamente que ese precio pueda medirse en metálico. Probablemente, la vanidad y la sensación de impunidad total que rodea a los dirigentes populares valencianos hicieron que Francisco Camps se mostrase cándidamente solícito con esta trama de mafiosos arribistas. Por una atención personalizada en sastrería a él y compañeros, regaló unos ocho millones de euros en dinero público a unas empresas sin actividad profesional conocida o experiencia anterior. Por lo tanto, el centro del debate no puede pivotar sobre si Camps ha mentido, si se paga sus trajes, si se puede demostrar el presunto cohecho... esto son cuestiones ético-legales menores sin importancia.
El punto de conflicto debe estar correctamente centrado.
¿Votaría usted a un hombre que vendería a su madre por un smoking?
Esta es la pregunta, correctamente planteada, que puede hacer vacilar al votante valenciano del PP.

1 comentario: