martes, 2 de marzo de 2010

La NAZI Jaqueline van Rysselberghe

Escribo estas líneas después de saber que la mayoría de familiares y amigos de Chile se encuentran bien pese a las circunstancias. Esta pequeña alegría dentro de la tragedia no es suficiente consuelo para calmar la rabia y la indignación que producen esta catástrofe anunciada. Como señala mi colega de la UCM, Pablo Sapag M, en una columna del periódico Público de hoy, este terremoto pone a prueba el modelo de Estado de mínimos ultraliberal que en Chile ha sido un dogma intocable para todos los medios de comunicación públicos, como ya denunció hace unos años Ken Dermota en su Chile Inédito. No obstante, la crítica de ese modelo, del que han sacado tajada grandes constructoras españolas tan alabadas aquí (que confío paguen con creces por su dejadez), no es el objetivo principal de esta líneas.
Esta columna está dedicada al a impresentable alcaldesa de Concepción, Jaqueline van Rysselberghe, de la utraderechista UDI. En un estado de emergencia, el alcalde, el líder de un municipio, escogido por su propio pueblo y su máximo representante, debería haber hecho una llamada a la unidad, a la solidaridad, a la ayuda mutua… Debería haber dicho:
“Pueblo de Concepción, ante esta tragedia de proporciones históricas que nos ha dañado de forma irreparable, debemos mantener la calma y la confianza en nosotros mismos. La ayuda está en camino, el mundo entero está con nosotros y nuestro sufrimiento será atendido.
Sin embargo, la ayuda puede tardar, pasaremos horas duras en los próximos días. Pero tenemos la suerte de contar con nuestra fe inquebrantable. En estos duros momentos, debemos ser capaces de hacer los mejores y más nobles actos que jamás hayamos imaginado. Nuestras fuerzas, nuestra solidaridad, nuestra unidad y el apoyo que nos prestaremos unos a otros será el primer y valiente paso hacia nuestra recuperación.
Fueza Chile, Fuerza Concepción.”
Desafortunadamente, sus primeras palabras fueron una dura crítica a Bachelet por no traer militares que disparasen contra las peligrosas turbas de saqueadores. Su primera solicitud fueron soldados para reprimir a sus propios conciudadanos, a sus representados. Como es obvio, se trata de una actitud y comportamiento ejemplar que ha ayudado a lograr la calma entre la población.
El problema, empero, es que esta NAZI es el reflejo del miedo hacia la democracia y la libertad que Pinochet logró inocular en la sociedad chilena. Antes de la ayuda a las víctimas, ha primado la sacrosanta propiedad privada. Los carabineros, en vez de servir y proteger a la ciudadanía, tuvieron que custodiar los supermercados. Por el contrario, la autoridad pública debería haberse incautado de todos los bienes de primera necesidad que hubiese en los supermercados, sin esperar al consentimiento de sus dueños, y haber anunciado que se preparaba su distribución prioritaria a las madres solteras y familias numerosas con niños. Esto hubiese tranquilizado y hubiese reducido el supuesto saqueo al pillaje real.
Cuando en Madrid ocurrió el atentado del 11-M, todos los taxistas se prestaron a hacer de ambulancias inmediatamente. No cobraron las carreras, no cobraron por la tapicería manchada de sangre, nadie pensaba en la rentabilidad o pérdida de sus bienes... todos pensaban en ayudar. Pero Jaqueline van Rysselberghe, en estas horas difíciles, sólo puede pensar en las peligrosas turbas de asaltadores y decirlo en voz alta para que el pánico cunda más. Es más, lo más temible del futuro es que Piñera recibirá una población más atemorizada por los medios y los políticos de derechas, cuya conclusión principal será que no hacen falta mejores casas, mejores carreteras, mejores comunicaciones… la lección será que hacen falta más militares y carabineros para detener a los saqueadores cuando haya una catástrofe nacional. Habrá más Estado, pero su parte más triste y dura.
Desde aquí, toda mi solidaridad y ánimo al pueblo chileno.
Sean fuertes y valientes.
Sean ejemplo de solidaridad y superación para el mundo entero.
No dejen que el miedo propagado por la derecha les encoja el alma.

6 comentarios:

  1. Exelente artículo, muestra exactamente el modo de actuar de esta clase descriteriada

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  2. Disculpe, pero hablar de la distancia es bastante fácil. No fue solamente la Sra. van Rysselberghe la que ha pedido a los militares, sino todo el pueblo que ella representa.
    Ud. no escuchó como el pueblo los aplaudió mientras entraban a la ciudad. Estoy seguro de que no fue testigo de como gente de trabajo y honrada, veia sus negocios -que si resistieron el terremoto- ultrajados y en algunos casos llevados a cenizas, por gente que aprovechó el momento para robar. Puesto que luego de un terremoto, con gran parte de una nación sin luz y con los hogares en el suelo, robar una lavadora, un LCD de un almacén no es "necesidad inmediata" -como sí lo son la leche, pañales y otros enceres- sino robo. También estoy seguro que no observó como casi todo un pueblo se transformo en bomberos, enfermeros, socorristas, cuando se vieron en presencia de una ciudad devastada dondo yá no habian taxis.

    Seguramente hoy Ud. se preocupa de los Nazis como en Chile hoy nos preocupamos de que exista orden y seguridad ante todo.. y si los militares son capaces de hacerlo.. bienvenidos sean. Es más, tal ves deberia preguntarse porque el gobierno chileno tardo tanto en imponer el orden a traves de los militares. ¿Les teme?.. no debería. Aqui al menos se habla de que el gobierno -20 años de izquierda socialista en el poder- no desea que el pueblo vea a los militares con afecto y siemrpe recuerde la opresion y el odio istaurado en los corazones por el gobierno militar.
    Yo prefiero no ser tan enfático y pensar que solamente fue un error debido a falta de información sobre la situación... pero tal ves a mis 15 años peco de inocente.

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  3. Estimado anónimo de 15 años:
    Me pase 72 horas llamando por teléfono a Chile y pegado al Facebook con la esperanza de tener buenas noticias de mis seres queridos, como al final, gracias a Dios, ocurrió.
    Salí de Chile el martes 23 de febrero, puede que haya escrito este post desde la distancia física, pero temporal me parece que no.
    Es prudente para su edad cuando escribe, pero le falta profundidad.
    ¿Se ha preguntado porqué la gente robaba pantalles de plasma?
    Seguramente, piensa que los saqueadores simplemente eran malos (flytes de esos).
    Pero se ha preguntado ¿qué paso con sus casas?
    ¿Se ha preguntado si alguna autoridad les transimitió que serían compensados?
    ¿Se ha preguntado porque mucha gente en su país teme a carabineros y al ejércitos)
    ¿Se ha preguntado por la falta absoluta de empatía que se siente hacia los "rotos" en su país?
    Probablemente, piensa que son mala gente y simplemente hay que tratarlos como si fuesen mala gente.
    Yo, por el contrario, pienso que si un injusto terremoto hubiese tumbado mi casa, que si viviese en un país donde el Estado no cumple ninguna función de protección social o de garantizar el estado de bienestar, donde estoy acostumbrado a ser ignorado y desatendido... yo pienso que en esas circunstancias habría intentado buscar compensaciones por mi cuenta. ¿No viven en una adorable economía ultraliberal? Pues eso, cada uno mira por sus intereses. Mi casa ha desaparecido, la constructora incumplió la Ley, el Estado no me indemnizará... pues como mínimo tendré una tele nueva.

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  4. Estimado:
    No necesito preguntarme qué pasó con sus casas pues las e visto, y no solo las de ellos sino la de mucha gente más.
    Creo saber, no así entender, el rencor de mucha gente del pais ahcia las ff.aa., pero por lo general es de peronas que vivieron esa época de represión, digamos mayores a 35 años, suponiendo que una persona que nació digamos en el año 80 tuvo 10 años cuando asumió Patricio Aylwin, o sea, si siente odio es porque se lo inculcarón, pero no quiero entrar en temas de dd.hh ni de familias con detenidos desaparecidos porque no es el tema en cuestión.
    Ud habla con ironía de la economía ultraliberal que Chile ostenta, y no es menos cierto que el libre mercado es tan objetivo como cruel, y creo entender su punto final cuando dice, y cito:
    "Pues eso, cada uno mira por sus intereses. Mi casa ha desaparecido, la constructora incumplió la Ley, el Estado no me indemnizará... pues como mínimo tendré una tele nueva"

    En otras palabras, si el mercado (bancos, supermercados, etc) siempre me caga y tengo la oportunidad de cagarmelo de vuelta, lo haré.

    Si Ud. en verdad piensa de esa manera, me apena. Si la constructora incumplió la ley,m deberá ser castigada. El estado no indemnizará a nadie pues no le compete en negocios entre privados -salvo claro que haya sido él el que construyo las casas, como el caso del Minvu en Santa Cruz con ladrillos rellenos de papel.

    En fin, no comparto su pensamiento de "cagarme al mercado porque el me caga siempre a mi", no va con mis intereses y no es lo que me ha enseñado mi familia sobre respeto y moral y lamento que las FF.AA. hayan demorado 3 o 4 días en poner orden puesto que mucha gente que no perdió todo, despues de 4 días si lo perdió. No olvide tambien que muchas de las cosas que se llevaron durante los saqueos eran revendidas en las colinas a precios exorbitantes -$2.500 por un kilo de pan medio duro!!!- es la adorable concepcion de la economía ultraliberal del ladrón.. sin ética y moral.

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  5. En primer lugar, como la mayoría de chilenos de tradición autoritaria, tiene problemas para entender el lenguaje figurado y, en consecuencia, problemas de empatía, comprensión y de uso de la ironía.
    En segundo lugar, es cínico apelar a un libre mercado con ética y moral.
    ¿Qué moral hubo en la crisis bancaria de 1982, desupués de las especulaciones de los chicago boys con el tipo cambiario del dolar?
    ¿Qué moral hubo en el desmembramiento de los ferrocarriles públicos (el mejor sistema de todo el continente) decretado por Pinochet para beneficiar las empresas de autobuses de sus familiares?
    ¿Qué moral hubo en el proceso de privatizaciones privilegiadas y reservadas a los amigotes de Pinochet, donde los inútiles de los chicago boys se adueñaron de empresas rentables y públicas, las arruinaron y luego las vendieron?
    Todavía es joven y le han vendido milongas simples que puede le consuelen; espero que sus ganas de saber le impulsen a cuestionar las incoherencias de su discurso y le sirvan para mejorar como persona.
    El mercado, joven, no existe, son dos curvas que se cruzan en un punto (la DA y OA). El libre mercado no es ni objetivo ni cruel, es una doctrina (una idea) que en cada país se intenta aplicar con sus atenuentes y limitaciones para lograr un equilibrio entre eficiencia y justicia. En Chile, con Pinochet se aplicó mal: se logró una economía ineficiente, dependiente del cobre y brutalmente injusta desde el punto de vista social (sin hablar de la cuestión medio ambiental).
    La Concertanción ha intentado paliar algunos de los problemas de fondo de su economía (entre otras cosas un gato público desmedido en la FFAA); pero no han sido lo suficientemnte resolutivos.
    Finalmente, rebatir su idea de que "El estado no indemnizará a nadie pues no le compete en negocios entre privados -salvo claro que haya sido él el que construyo las casas". La autorida pública es competente para licitar las construcciones, es su obligación fiscalizarlas y garantizar que los contratos entre particulares se ajustan a la Ley y se cumplen de buena fe. Del mismo modo, debe garantizar el Estado de Derecho para que las reclamaciones legítimas por interesas dañados por actuación negligente o dolosa de terceros se ejecuten. Igualmente, en caso que los terceros no sean financiaremante capaces de afrontar los daños de su negligencia, el Estado es subsidiariamente responsable de sus acciones, ya que era su responsabilidad velar por la adecuación de las construcciones a la normativa antisísmica.

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  6. nadie te cree que tienes 15 años yo diria16 años de dictadura te volvieron insensible la gonestidad no depende de los militares o carabineros

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